El funcionario chino Wang fue condenado a cadena perpetua por vender secretos estatales a agentes extranjeros para cubrir pérdidas de inversiones en criptomonedas. Wang, que acumuló deudas significativas, buscó trabajos adicionales en un foro en línea, lo que atrajo la atención de agentes extranjeros.
Inicialmente proporcionó una pequeña porción de información, pero pronto comenzó a filtrar datos más sensibles, recibiendo más de 1 millón de yuanes en criptomonedas. El tribunal lo declaró culpable de espionaje y lo despojó de todos sus derechos políticos. El ministerio señaló que su departamento no garantizó un nivel adecuado de confidencialidad, lo que contribuyó a la fuga de información.