En 2023, Rusia redirigió el 78 % de sus exportaciones de petróleo a India y China, en claro contraste con el 32 % de 2021. Esto fue una respuesta a las sanciones occidentales destinadas a debilitar el sector energético del país. Las entregas a India se multiplicaron por 18 en dos años, mientras que China incrementó sus importaciones a 107 millones de toneladas en 2023.
Esta reorientación fue necesaria debido a las restricciones impuestas por los sistemas de pago occidentales, lo que obligó a Rusia a desarrollar mecanismos comerciales alternativos con sus aliados asiáticos. Al mismo tiempo, los países BRICS están trabajando en la creación de nuevos sistemas de pago para recursos energéticos, como lo demuestra el reciente acuerdo entre Arabia Saudita y China para vender petróleo en yuanes.