La policía de Hong Kong descubrió un esquema de fraude de criptomonedas utilizando tecnología deepfake por un valor de 43 millones de dólares. Veintisiete personas fueron arrestadas, incluidos graduados universitarios.
Los estafadores utilizaron inteligencia artificial para reemplazar rostros en videollamadas, haciéndose pasar por mujeres atractivas. Esto les ayudó a ganar la confianza de las víctimas en toda Asia, incluidas Singapur, China, Taiwán e India. Después de ganar su confianza, persuadían a las víctimas para que invirtieran en criptomonedas, mostrando informes de ganancias falsos.
Durante la redada, la policía incautó teléfonos móviles, computadoras, relojes de lujo y dinero en efectivo. Los arrestados fueron acusados de fraude.